Chiìtas y sunitas, la historia de una rivalidad absurda que envuelve el mundo musulman





No se puede entender ningún conflicto entre árabes sin estar al tanto de la división religiosa entre chiítas y sunitas. Una discusión teológica surgida en los albores del Islam que lleva siglos causando -o jutificando- guerras, matanzas y genocidios.

Brevísima historia de Mahoma y del Islam


Lo primero que se debe saber es que el Islam nació a la par que el imperio que lo extendió por el mundo. A diferencia de Jesús, que era un simple carpintero, el profeta Mahoma era un brillante militar que construyó un imperio.

Partiendo de la Península Arábiga, el Islam aprovechó el desgaste que sufrían el entonces Imperio Bizantino -Imperio Romano de Oriente- y el Imperio Sasánida -Imperio Persa. Ambos gigantes había guerreado por décadas, dejando sus economías agotadas y su población diezmada.

El Islam pudo así expandir su reino primero en el divido Imperio Sasánida y luego en el Bizantino. Sus conquistas trajeron además de nuevos jefes a quien pagar tributo, un nuevo dios a quien adorar. Y como había sucedido con el cristianismo y la religión romana, las religiones del norte de África y la Persa fueron superadas por la nueva religión monoteísta.

Para cuando Mahoma falleció, en el año 632, ya había logrado dominar casi toda la Península Arábiga. Sus sucesores fueron los encargados de expandir el Imperio del Islam desde España hasta la India.

Sin embargo no estuvieron libres de conflictos y pujas internas.


La muerte de Mahoma trajo la división en el mundo Islam:

Tras la muerte del reverenciado profeta, sus seguidores se vieron ante la tarea de elegir un sucesor para su pujante reino. Unos argumentaron que el nuevo líder debía ser elegido de entre los seguidores de Mahoma, pues así lo marcaba la tradición. Fueron llamados sunitas (el nombre de suní, o sunita, proviene de la expresión "Ahl al-Sunna": la gente de la tradición) y son conocidos como la rama más ortodoxa del Islam.

Otros opinaron que el reino del profeta debía ser heredado por su propia familia, que compartía su reverenciada sangre. Eligieron a Alí, sobrino de Mahoma como candidato y fueron llamados chiítas (partidarios de Alí).

Aunque inicialmente los sunitas impusieron su voluntad, poco más de veinte años después una rebelión chiíta tuvo éxito en llevar a Alí al trono. De paso quedaron en los libros como los contendientes de la primer guerra civil entre musulmanes.

Entre guerras, asesinatos y no pocas masacres, el mundo musulmán creció a la par de la rivalidad teológica provocada por la muerte de su creador.

Hoy los chiítas componen al rededor del 20% de los seguidores del Islam, y son mayoría (60%) en Irán. Los sunitas representan el 80% de los musulmanes y son inmensa mayoría en numerosos países.

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